Conociendo la Estatua de la Libertad

20:19:00

Mi visita a Nueva York no podía estar completa sin antes visitar uno de los monumentos más famosos del mundo: la Estatua de la Libertad. Esta fue un regalo de la nación francesa a los Estados Unidos de Norteamérica para forjar un lazo de amistad entre sus naciones, y este monumento es reconocido como un símbolo universal de libertad y buena voluntad.


La Estatua de la Libertad se encuentra localizada en Liberty Island y para llegar a este punto tomé un ferry operado por Statue Cruises saliendo desde el Battery Park por un costo de aproximadamente 18USD. Después de unos 20 minutos de camino, el famoso monumento ya se encontraba a escasos metros de mí. La altura de la estatua, incluso desde lejos me resultó verdaderamente imponente. 


Desembarcando en Liberty Island tienes la opción de tomar un tour guiado en inglés o un audio-tour en tu idioma. Yo elegí la opción del audio-tour, recogí un pequeño aparato en la entrada de la isla (totalmente gratis, se devuelve antes de abordar el ferry de regreso) parecido a un radio con audífonos, este aparato me decía a que dirección moverme y según avanzaba por distintos puntos me daba una explicación, historia y hasta datos curiosos. 



Con respecto a la Estatua de la Libertad hay dos opciones: subir hasta el pedestal o hasta la corona. Para ambas opciones es necesario reservar los boletos con anticipación, yo los reservé por internet y elegí la opción de subir hasta el pedestal porque desafortunadamente los boletos para subir al mirador de la corona estaban agotados. Para subir al pedestal puedes optar por escaleras o por elevador (aunque de cualquier manera tienes que subir unos cuantos escalones). El pedestal ofrece espectaculares vistas panorámicas de la ciudad de Nueva York, Nueva Jersey y de la Isla Ellis. 




Estando en el pedestal ya me sentía en las alturas, pero para mi sorpresa al mirar arriba me di cuenta de que estaba a menos de la mitad de la altura total de la estatua. Del pedestal está la opción de subir incluso más alto para acceder al mirador de la corona, cabe mencionar que la única manera de llegar hasta arriba es usando las escaleras. Si de por sí me quedé encantada con la vista que tuve desde el pedestal, no puedo imaginarme lo impresionante que ha de ser contemplar todo desde la corona.


Al bajar de la salí directamente a un lobby donde se encuentra el museo de Liberty Island en donde se puede aprender muchísimo más de la historia de la estatua. Al finalizar el recorrido puedes pasear un rato más por la isla y finalmene tomar el ferry de regreso. Me atrevo a decir que visitar la Estatua de la Libertad es una de las experiencias más enriquecedoras que tuve en mi viaje a Nueva York. Uno de los lugares que hay que visitar antes de morir.

Fotografías por Steph Avalos


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